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Artículo
en la prestigiosa revista VOILES et voiliers |
FRANCIA -
1999 |
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(Para agrandar la imagen haga clickee con el mouse sobre la misma) |
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- Aporte
realizado por el Navegante Luis Nin Estevez - |
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Artículo
publicado en la prestigiosa revista VOILES et voiliers |
FRANCIA |
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(Para agrandar la imagen haga clickee con el mouse sobre la misma) |
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Les adjunto un extracto
de la página de la Revista Francesa Voiles...en donde se promociona
la construcción de un Velero "Todo Terreno", en cierta forma en
Homenaje a VITO DUMAS. Espero puedan entender lo que dice.
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Aporte realizado por
Marcelo González a través del foro Navemundo |
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Artículo
publicado en el Diario La Nación - Argentina |
ARGENTINA
- 2000 |
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(Para agrandar la imagen haga clickee con el mouse sobre la misma) |
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Vean lo que cayó en mis
manos!!
Un reportaje del Diario
La Nación del año 2000 a Agustín Vila (ver foto). No puedo
contener la emoción, y se los mando "en crudo". Ya mañana o pasado
lo voy a transcribir completo, para que todos lo puedan leer. Es
imperdible!
Oscar |
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- Aporte
realizado por Oscar Isa a través del foro Navemundo - |
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Artículo publicado en el
Diario La Voz del Interior |
ARGENTINA
- 9 de enero de 2001 |
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La
hazaña de Vito Dumas |
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Especial
Dio gloria a la República Argentina, y la República
Argentina le retribuyó con olvido. Es que lo suyo fue
ensueño, sacrificio, tenacidad para afrontar durísimos
desafíos, y hace demasiado tiempo que los argentinos han
extraviado esos valores.
Vito Dumas ha sido el mayor
navegante solitario de la historia mundial, un deportista de
talla no menor que la de Juan Manuel Fangio, rango que
comenzó a conquistar el 1º de julio de 1942, cuando se lanzó
a la más grande aventura náutica jamás intentada por un solo
hombre: dar la vuelta al planeta en un pequeño velero,
atravesando la terrible zona de “Los 40 Bramadores”, ubicada
al sur del paralelo de 40 grados y azotada permanentemente
por vendavales que soplan desde el oeste.
Solamente dos expediciones de yachtmen habían logrado
cruzarla: en 1910, el Pandora unió Nueva Zelanda con la
República Argentina, pasando por el Cabo de Hornos; estaba
al mando de dos veteranos capitanes, un inglés y un
australiano, que luego desaparecieron en la inmensa soledad
del Atlántico Sur; en 1924, el Saoirse, tripulado por cuatro
experimentados marinos, renovó la hazaña, con escalas en
Durban y Melbourne. Pero nadie se había atrevido a hacerlo
solo.
Vito Dumas tenía una pequeña estancia en la
provincia de Buenos Aires. Vendió todos sus animales,
contrajo préstamos y mandó construir el Lehg II, un yate de
9,55 metros de eslora, 3.30 de manga, 1,75 de calado. A
juicio de expertos europeos, uno de los más bellos barcos
que se puedan concebir (al término de su proeza, lo donó a
la Escuela Naval).
El Lehg I le había servido para acumular
experiencias, entre ellas el cruce del Atlántico, en 1931,
entre Arcachon (Francia) y Buenos Aires, siguiendo un
itinerario (derrota, en términos marinos) que habían trazado
antes que él audaces navegantes solitarios, como el francés
Gerbault (1923) y el alemán Plüschow (1928).
Tenía
todo listo para iniciar la navegación por la llamada “Ruta
imposible”, pero la caída abismal de los precios agrícolas
lo colocó en el umbral de la ruina; debió vender el Lehg II;
un verdadero drama del que se repuso más tarde cuando ahorró
unos pesos y recuperó el navío, que estaba muy deteriorado.
Con ayuda del Yacht Club Argentino y del Club Gimnasia y
Esgrima de Buenos Aires lo puso a nuevo. Su amigo Arnoldo
Bruzzi pagó todos los gastos.
El 27 de junio de 1942, con 10
pesos propios y 10 libras esterlinas que le regaló Bruzzi,
partió de Buenos Aires. Hubo de esperar en Montevideo a que
amainara el pampero, y el 1º de julio de 1942 inició
verdaderamente su hazaña. En pleno invierno; no pudo empezar
en peores condiciones. Cubrió las cuatro mil millas hasta
llegar al África en 55 días; de ellos, 45 en constantes
borrascas. Durante ese trayecto, se le infectó el brazo
derecho, que quedó inutilizado durante semanas.
Cuenta en su libro Los 40 Bramadores que, desesperado
por la fiebre (superior a los 40 grados durante varios días)
y por el intensísimo dolor, intentó amputarse el brazo. La
hinchazón se había hecho monstruosa. En la noche del 11 de
julio, mientras una furiosa tempestad se abatía sobre el
Lehg II, se inyectó un antitetánico, invocó a Santa Teresa
(Vito Dumas era profundamente religioso), tomó un cuchillo y
se dispuso a iniciar el corte. No alcanzó a introducir el
acero en su carne. Se desmayó. Piensen lo que quieran:
cuando despertó, su litera estaba empapada de pus; en el
brazo se había abierto un orificio de 8 centímetros de
diámetro, por donde drenó la infección, el dolor había
desaparecido y recobró el movimiento. La tempestad pasó, y
pudo dormir por primera vez en muchos días.
El 21 de
julio, se interna por una región helada, donde soplan
vientos de hasta 140 kilómetros por hora, con olas de hasta
16 metros de altura. El Lehg II, maravilla de la ingeniería
náutica, supera airosamente todos los obstáculos.
Cuando cruza con navíos de combate ingleses y australianos
que patrullan la región no se le confirma nunca su posición,
pues el mundo está en guerra. Eso sí, le saludan con
sirenas, le ofrecen agua y alimentos y medicinas, pero
ningún dato oceanográfico. La barbarie de la guerra desplaza
a la solidaridad, al sentido común.
Pero Vito Dumas
se demuestra un eximio navegante, que jamás extravía el
rumbo. Se cruza con submarinos y otros navíos de guerra y
después de 55 días de navegación en soledad puede hablar por
primera vez en castellano con el tripulante de un crucero
inglés que conoce el idioma. Justamente, después de 55 días
de navegación, el Legh II ingresa en la Bahía de la Mesa, en
Ciudad del Cabo. (Dumas rechazará al práctico, porque no
desea gastar aún sus 10 pesos y sus 10 libras esterlinas...)
Se queda en El Cabo hasta el 14 de septiembre, cuando inicia
la etapa más dura: Ciudad del Cabo–Nueva Zelanda siguiendo
“La derrota imposible” del mar Indico, que ningún navegante
solitario ha podido realizar.
Allá va el argentino,
que está asombrando a un mundo hundido en el drama de la
guerra. El primer temporal que enfrenta dura tres días y
tres noches. Habrá lapsos de hasta 24 horas en que
maniobrará la caña del timón sin posibilidad de reposo
alguno. Cuando desciende a la cala, se encuentra con que un
tanque ha perdido toda su carga de 200 litros de agua
potable. Le quedan solamente 160 litros para afrontar la
extensa travesía de más de siete millas. Se alimenta con
chocolate hervido o en tabletas, galleta con mucha manteca,
dátiles y vitaminas A y C. Algunos días, puré de papas y
arroz con curry. Cuando cumple 42 años (había nacido el 26
de septiembre de 1900), se ofrece de regalo una botella de
champán...
El 9 de noviembre, lleva 56 días de
navegación y se afeita por primera vez. Le quedan solamente
50 litros de agua. El 13 de ese mismo mes está a sólo 130
millas de las costas de Australia. Lo atacan nuevamente las
fiebres, pero decide seguir. No se detendrá: lo espera Nueva
Zelanda. De pronto, calma chicha. Diez días infernales,
paralizado bajo un sol inclemente. El agua se agota; vuelven
los vientos y el 22 de noviembre cruza el meridiano antípoda
de Buenos Aires: ha cumplido media vuelta al mundo. Se le
termina el agua, y comienza a beber agua de mar, que tolera
muy bien. Un ciclón produce algunas averías, que hacen
escocar al Legh II. A pesar de su tremenda debilidad por la
escasez de alimentos y de agua potable, consigue mantener
enhiesta a la maravillosa embarcación. Contrae escorbuto y
le resulta casi imposible masticar. Morder una galleta se
transforma en una tortura. El sueño inducido por la
debilidad lo acosa día y noche.
Para este buen
católico, el día de Navidad trae el mejor de los regalos:
avista las costas de Nueva Zelanda. Llegará el 27 de
diciembre de 1942: ha navegado solo, sin escalas, 7.400
millas en 104 días. “Nadie, nadie, si no es Dios, podrá
obligarme a hacer otro esfuerzo como éste”, declara al
llegar a tierra. Una hazaña que inmortaliza su recuerdo en
cualquier país del mundo donde hay marineros y genuinos
deportistas. (En Inglaterra y Francia, se le honra hoy, y se
le honrará siempre, como a un grande de la navegación. En
Argentina, a juzgar por la desmemoria de los contemporáneos,
parecen quedar cada vez menos marineros y menos orgullo).
El 30 de enero de 1943 reemprende la navegación: quedan
cinco mil millas hasta llegar a Valparaíso. Una nadería...
Pero se cae y se rompe dos costillas. Se cura en el
trayecto: los huesos soldarán perfectamente. Y luego un
brinco de 3.500 millas entre Valparaíso y Buenos Aires, por
el terrible Cabo de Hornos. ¿Una nadería? El viento glacial
y los icebergs acosan. Vito Dumas permanece siete días
enteros al timón; pasa y sigue. El 7 de julio de 1943, un
año y una semana después de su salida de Montevideo, entra
en el puerto de Mar del Plata. Curiosamente, estuvo a punto
de perder el Legh II. En el último tramo, Mar del
Plata–Buenos Aires, de apenas 200 millas, y tras haber
dejado atrás más de 20 mil, el yate da contra un banco de
arena. Dumas consigue salvarlo arrojando por la borda toda
la carga y llevándolo a la costa. En los primeros días de
agosto, Vito Dumas llega a Buenos Aires, cuyos habitantes le
tributan una multitudinaria bienvenida. Es una apoteosis,
ritual que en la Argentina precede al olvido.
Juan F. Marguch |
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- Aporte
realizado por Wily Espíndola (Córdoba - Argentina) - |
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Artículo de Zenón Franco Ocampos

Publicado
el día 17 de julio de 2006 en el diario ABC Color.
Asunción. Paraguay |
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Asunción, Paraguay,
Lunes 17 de Julio de 2006
ZONA
DEPORTIVA
GALERÍA DE MAESTROS (18)
José Mugnos, compositor
de finales artísticos
En 1943 la revista inglesa "Chess" celebró un concurso internacional de
finales artísticos. Antes de dar a conocer su fallo publicó un
misterioso interrogante en uno de sus ejemplares: "¿Quién es Vito?". Muy
pocos sabían que la respuesta parcial era el argentino Vito Dumas, "El
navegante solitario" (Buenos Aires, 1900-1965), una personalidad
notable, boxeador, nadador, aviador y navegante solitario, actividad con
la que alcanzaría la gloria.
Desde
1923 tuvo cinco intentos de cruzar del Río de la Plata a nado, no logró
su meta, aunque obtuvo el récord de permanencia en el agua; en 1931
intentó cruzar a nado el Canal de la Mancha, pero nuevamente falló. Era
ambicioso, pero no fue exitoso en esa faceta, entonces, cambió de
objetivo: decidió cruzar el Océano Atlántico, navegando solo, lo que
logró tras muchos esfuerzos, de toda índole, en un modesto barco, que a
duras penas adecuó para la empresa, al que bautizó como "LEHG", siglas
elegidas por Vito Dumas al significar: Lucha, Entereza, Hombría,
Grandeza. |
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Diez años
después, tras haber abandonado la navegación, volvió a ella y realizó su
hazaña más grande. El 27 de junio de 1942, en plena Segunda Guerra
Mundial, Vito Dumas zarpó de Buenos Aires a bordo de su embarcación LEHG
II (9,55 m de eslora y 3,30 de manga) con el objetivo de dar la vuelta
al mundo solo, a través del paralelo 40 de latitud sur, en la llamada
"Ruta Imposible", sin radio ni motor.
Después de 22.000 millas náuticas, en 272 días de travesía, de pasar por
los cuatro puntos de las etapas, Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Wellington
(Nueva Zelanda), Valparaíso (Chile) y Mar del Plata, (Argentina), tras
atravesar el temible Cabo de Hornos, "El navegante solitario" volvió a
Buenos aires con el sueño cumplido, y su país lo recibió con todos los
honores el 8 de agosto de 1943.
Fue el viaje más importante de Dumas. Más adelante realizó otras
hazañas, uniendo Buenos Aires y Nueva York, pero fue la anterior la que
lo consagró como el navegante solitario más importante de la historia.
Escribió 4 libros, "Mis viajes", "Solo, rumbo a la Cruz del Sur", "Los
cuarenta bramadores" y "El crucero de lo imprevisto". Sus restos
descansan en el Panteón Naval de Chacarita, Buenos Aires.
Más información sobre Vito Dumas puede encontrarse en:
http://www.navegantevitodumas.com.ar
Por otro lado, en 1943, el ajedrecista aficionado José Mugnos
(1904-1982), quien decidió dedicarse a la composición de finales,
todavía principiante también en este campo, ideó un tema y compuso dos
finales artísticos que algunos especialistas, como el Dr. Karel Skalicka,
consideraron excepcionales.
El Dr. Skalicka, maestro integrante del equipo de Checoslovaquia, que se
quedó en Argentina tras la Olimpiada de Buenos Aires 1939, fue consejero
en el tema de Ricardo Reti y quedó impresionado por esas dos creaciones,
por lo que decidió analizarlas con más detenimiento en su casa. No
encontró fallos, eran realmente difíciles y originales. Cuando a los
pocos días felicitó a Mugnos, este le comentó que se los había dado a
Luis Palau para que los publicara en la revista "El ajedrez americano",
Skalicka comprendió el error que eso significaba, pues estaba convencido
de que los dos finales podían competir con posibilidades de éxito en
pruebas internacionales de finales artísticos. Estos requieren que los
estudios sean inéditos, Luis Palau devolvió comprensivamente las dos
composiciones y así Mugnos pudo enviarlos al concurso de la revista "Chess"
de 1943, firmando con el seudónimo de "Vito Dumas".
Con suma expectación y a espaldas de Mugnos, sus amigos contestaron a la
revista, revelándoles el nombre real de "Vito" y solicitándole una
explicación de la pregunta.
La aclaración solicitada llegó en el siguiente número de la revista,
donde se publicaron los resultados del "Concurso internacional de
finales artísticos 1943-1944", José Mugnos obtuvo el primer y segundo
premios "ex aequo" con sus dos composiciones, superando a consagrados
compositores como Rink, Daniel, Fairhust, Guy, y más de 80 concursantes
más, ante el estupor y la desconfianza de muchos, que no creían que un
ajedrecista tan flojo fuera capaz de crear algo semejante.
La historia de José Mugnos es la del triunfo sobre la adversidad, tal
como Vito Dumas; su infancia la pasó en un hogar muy humilde, donde las
dificultades económicas le impidieron completar sus estudios primarios,
luego fue autodidacto y con su tremenda capacidad de trabajo, jalonada
ya desde los 9 años, cuando murió su padre, debió trabajar en lo que
fuera, logró cultivarse intelectualmente y llegar a ser posiblemente el
mejor compositor argentino de todos los tiempos.
Veamos la primera de sus dos composiciones galardonadas. Le recomiendo
que, ya sea aficionado o maestro, intente solucionarlo antes de
proseguir, aunque encontrar la solución es muy difícil, siempre se
aprende y disfruta más si se intenta solucionarlo:
José Mugnos
Concurso ‘Chess’ 1943-1944
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Juegan las blancas y ganan.
Solución:
Demos la palabra al propio Mugnos en su libro "Finales artísticos
razonados" de Editorial Ricardo Aguilera:
La posición del rey blanco en jaque, aunque no sea plausible, es lógica,
posible y fácil de demostrar que pudo derivar de una última jugada
racional: acaba de tomar una pieza adversaria... y luego recibieron ese
jaque vertical que las deja en la situación de marras.
1.Rf5! [Si 1.Re5? sigue 1...Txd2 aprovechando que, como se verá, el rey
blanco ocupa en mal momento, la columna clave, que es la de e, 2.Th1
(tras 2.Te1 sigue 2... Td7! 3.Rf6 Te7! 4.Tg1 Te8!! y con el dominio de
esta columna, las negras están a salvo de cualquier sorpresa, podría
seguir por ejemplo 5.Rg7 Te7+ 6.Rh8 Te8+ 7.Tg8 Txg8+ 8.Rxg8 Rd7=)
2...Te2+ 3.Rf4 Te8!! ( si 3...Tf2+? las negras hubieran perdido por esta
razón 4.Rg3! Tf8 5.Te1! y el dominio de la columna de e define la lucha)
4.Rf5 Tf8+ 5.Re6 Te8+ 6.Rf7 Te7+! 7.Rf6 Te6+ 8.Rf5 Te8!=; 1.Rf7? Tf6+
2.Rg7 Tg6+ 3.Rh7 Th6+= el rey ya no podrá huir del aprisionamiento en
que quedó atrapado.]
El estudio se compone de dos variantes temáticas, analizadas por
separado.
* A) 1...Txd2 2.Th1!! [La segunda jugada de torre, forzosamente, debe
ser a la columna h, para evitar que la del adversario se adueñe de la
columna e, por rara ironía tiene que ser únicamente la del texto, aunque
parezca una contradicción. 2.Te1? Td5+! 3.Rf4 (no se puede cruzar la
columna de e por Td7 seguido de Te7-e8 3.Rf6 Td6+ 4.Rf7 Td7+ 5.Rf8 Te7!)
3...Td4+ 4.Rf3 Td3+ 5.Rf2 Td2+ 6.Rf1 Td1!!; Y si 2.Tg1? sigue 2...Tf2+]
2...Tf2+ [No hay más remedio, las blancas están amenazando mate en 5
jugadas. Y si 2...Td5+? con 3.Re4 termina toda resistencia.] 3.Rg4! Tg2+
4.Rf3! Tg8 5.Te1!! [En el momento preciso, contra cualquier otra jugada
blanca seguiría 5...Te8! y tablas. Con el dominio de la columna vital,
todo el trabajo de las blancas se limita a estrechar el cerco de la
torre enemiga en su último refugio. Es decir que el final prácticamente
ha terminado.] 5...Rd7 6.Rf4 Tf8+ 7.Rg5 Tg8+ 8.Rf6 Tf8+ 9.Rg7 Tc8 10.Rf7
Th8 11.Te2! Jugada de espera ganadora, si 11...Th7+ ( Si 11...Tc8 se
gana con 12.Td2+ etc.; y a 11...Rc8 sigue 12.Rg7 etc.) gana 12.Rg8 etc.
* B) 1...Td5+ 2.Rf4!! [a 2.Re4? sigue 2...Txd2! y ya no hay forma de
ganar. si 3.Re3 Td7 seguido de 4... Te7+ y Te8; Si 2.Rf6?! Td6+ hay que
empezar de nuevo con 3.Rf5!; 2.Re6? Txd2= lleva a una variante
anterior.) 2...Td4+ 3.Re3 Te4+ 4.Rd3 Te3+ 5.Rc2 Tc3+ 6.Rb1! Tc1+ [no hay
que permitir que la Td2 cubra los jaques.] 7.Rb2 Tb1+ 8.Rc3! Tb3+ 9.Rd4
Tb4+ 10.Rd5 Tb5+ 11.Rd6, y ganan, si 11...Tb1 (o bien 11...Tb2 12.Th1
Txd2+ 13.Rc5!) gana 12.Th2 Th1 13.Tg1 y mate.
Maravilloso, ¿no le parece? y lo más increíble es que la solución sea
única.
Tras este extraordinario debut siguió una larga y exitosa carrera. Hasta
1955 Mugnos participó en competencias internacionales con 25 obras, y
nada menos que 23 de ellas fueron premiadas. Por problemas de salud
abandonó la composición, aunque volvió en los años ’70 y se hizo cargo
de la sección de finales de las revistas "Ajedrez" y "Jaque", de
Argentina y España, respectivamente. Cuando falleció colaboraba con la
desaparecida revista argentina "Ajedrez de estilo".
Dejó 4 libros, "Mis mejores finales", "Finales artísticos razonados",
"La historia del final artístico en la Argentina" y una obra póstuma
"200 estudios" gracias a los esfuerzos de su amigo, también compositor,
Ing. Oscar J. Carlsson y de José Copié. |
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